martes, 2 de marzo de 2010

Lo que falta es Diálogo: Casanova


Vale la pena considerar que el proyecto del gobierno estatal impulsado por Guillermo Padrés en relación a la distribución del agua en Sonora, tanto para las zonas urbanas como las comunidades agrícolas y rurales, es la primera vez que se presenta de manera integral y ello significa –ya de por sí- un avance significativo.

Los gobernadores anteriores del estado de Sonora, en general, no se preocuparon nunca por diseñar un plan integrador que resolviera la urgente necesidad de lograr una mejor distribución del agua para el beneficio de todos los habitantes de la entidad.
Al contrario, después del proyecto del Plhino elaborado en la década de los 70 del siglo pasado -que por cierto nunca se pudo concretar a raíz de que el costo beneficio lo convertía en un proyecto sumamente caro, sin llegar a resolver las necesidades del sector social-, hoy el proyecto gubernamental SI plantea un esquema integrador cuyo principal objetivo es compartir, de manera democrática, las posibilidades de desarrollo entre todas las regiones de Sonora.
Eso es lo que parece a simple vista, aunque obviamente le hace falta más transparencia.
Otro de los avances que presenta el nuevo proyecto, es que se ha puesto a consideración de los sonorenses de manera abierta y participativa; lo que por cierto nunca fue una virtud que haya distinguido a gobierno alguno en Sonora. A lo más, siempre lo han simulado.
Sin embargo, lo que parece una verdadera falla en este caso -al tratar de lograr rápidamente la aceptación del proyecto-, es que los operadores de Guillermo Padrés perdieron de vista que el principal insumo para la toma de acuerdos políticos –que se supone son para el bien ciudadano- es recorrer antes que nada, un proceso serio y sincero, de diálogo y negociación.
Y, contrario a ello, lo que se provocó fue el resurgimiento de la vieja pugna Hermosillo– Ciudad Obregón, al rechazar una buena parte de los productores agrícolas del valle del Yaqui la construcción del acueducto El Novillo hacia la Capital de Sonora, a pesar de que sus habitantes ciertamente padecen –desde hace tiempo- la escasez del vital líquido.
Lo lamentable de este encono político–social, atizado por una guerra de papel en los medios de comunicación, es que el objetivo superior de democratizar la distribución del agua en Sonora, ha sido frenado momentáneamente, al no haber extendido primero sobre la mesa, la mejor estrategia para lograr acuerdos –factibles- entre las partes en conflicto.
No obstante, siempre existe la posibilidad de enderezar el rumbo, e impulsar con la consabida -y necesaria- responsabilidad gubernamental, el concepto de cohesión y solidaridad social que tanto urge a Sonora en este momento de crisis. Sólo así se podrá alcanzar el desarrollo justo e integrador que merecen todos los hombres y mujeres de Sonora, en cada una de sus regiones.
Como se ve, esta es una muy buena oportunidad para lograrlo, y recordarnos, como bien dice la Ley, que el agua –en Sonora y en el País- es para todos.

Francisco Casanova Hernández, periodista, ex candidato al gobierno de Sonora (PSD) y asociado fundador de la organización social Comunidades al Desarrollo A.C.